Vecina, le traigo su plato

El domingo le llevé a mi vecina una rebanada del pastel arco iris que hicimos mi nena y yo, y hoy poco tiempo después de haber llegado a mi casa, escucho que llaman a mi puerta y me gritan "Vecina", entonces salgo y me dice mi vecina: "Le traigo su plato con unos panquecitos que hice hace rato". Le di las gracias y nos quedamos platicando un ratito.

Me siento como cuando era niña y mi abuelita hacía eso con sus vecinas, recordé frases como: -"Ése plato no, es de la vecina", -"Pásame el plato de la vecina, para regresárselo". Aaahh, pero eso sí el plato sólo regresaba cuando el guiso o postre del día era digno de compartir, a veces el plato tardaba una o dos semanas en regresar a la casa o en ser enviado, mientras, el plato permanecía intocable en la alacena.

Qué bonita sensación es ésta de compartir con los vecinos, porque, a parte de recordar que esto pasaba en mi infancia, me pregunto si esto pasa frecuentemente en la sociedad actual, pues yo tengo 4 años viviendo aquí y nunca había compartido un plato de comida, me limitaba al saludo cordial, o alguna charla sobre las mascotas o las necesidades del área en común, de hecho, no se cómo fue que el domingo me animé a ir a ofrecerle una rebanada de mi pastel, probablemente se deba a que estaba muy orgullosa de mi pastel y por eso lo compartí. Lo cierto es que, aunque no esperaba que me regresara el plato con alguna comida, cuando se lo llevé también sentí alguna clase de emoción en el estómago, también por el recordar que eso hacían mi abuelita y sus vecinas, digamos que sentí que estaba manteniendo alguna tradición, y me gustó mucho.