Ésta suele ser la peor parte de todos mis quehaceres...
Porque con la ropa se hace el mayor trabajo y nunca terminas. Hay que separarla, lavarla, tenderla a secar, destenderla, separarla, doblarla, acomodarla y luego volver a empezar. En serio, es raro que yo tenga los cestos de ropa sucia vacíos. y las pocas veces que tengo la oportunidad de verlos así, el gusto dura tan poco, sólo basta que llegue la noche y se cambie la ropa del día por la pijama.
Y en estos momentos cuando mi cama está invadida de ropa, esperándome, es cuando tengo que respirar profundamente como 10 veces, poner música y desconectarme del mundo, porque a la menor distracción me retiro, hago una pausa de tiempo indefinido, y luego regreso más enfadada a seguirle. De hecho ésa es la razón por la cual estoy escribiendo ahorita: porque llegué, vi la ropa, y dije: sería bueno escribir sobre esto.
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